Romper la rueda: Criar distinto aunque nadie nos enseñó

Por Yentami Centeno – Aprendiendo Bonito Una historia de sanación, valentía y amor consciente

“Cuando una madre sana, no sana solo por ella… sana por todas las que vinieron antes y por todos los que vendrán después”.

Hay algo que nunca se dice lo suficiente: criar con respeto, cuando tú no fuiste criado así, es un acto de valentía .

No es fácil. No hay mapas. A veces no hay referentes. Solo hay un deseo profundo que te grita desde el alma: "Yo quiero algo distinto para mi hijo. Quiero romper la rueda".

Y entonces ahí estás tú: con tus heridas abiertas, tus carencias afectivas aún haciéndote eco, tus vacíos pidiendo ser vistos… y al mismo tiempo, con ese amor inmenso que te impulsa a hacerlo diferente.

Ser madre sin modelo

Yo no fui criada con acompañamiento emocional. No me enseñaron a nombrar mis emociones, ni me abrazaron cuando estaba triste, ni me validaron cuando me enojaba. Como muchas, crecí con gritos, con miedo, con golpes, con abusos, con silencios que dolían más que los castigos.

Y sin embargo, aquí estoy.

Criando desde el respeto. Sosteniendo límites con ternura. Aprendiendo a hablar suave cuando lo que me sale es gritar. Ofreciendo presencia cuando yo solo conocí la ausencia.

No porque sepa cómo hacerlo todo, sino porque me niego a repetir lo que dolió . Porque mis heridas me enseñaron lo que no quiero. Y mi hijo, cada día, me muestra lo que sí es posible.

El arte de sanar mientras criamos

Elegí el unschooling no solo como una forma de educación, sino como una forma de vida. Porque acompañar el aprendizaje de mi hijo sin escuela es también acompañarme a mí misma en el aprendizaje de ser la madre que necesito ser.

No siempre tengo paciencia. A veces me canso. A veces dudo. Pero en lugar de castigarme, me abrazo. En lugar de exigirme perfección, me permito aprender.

Porque cada berrinche que acompaño, es un pedazo de mi niña interna que también se siente contenida. Cada vez que escucho sin juzgar, estoy sanando generaciones de gritos. Cada vez que valido sus emociones, estoy aprendiendo a validar las mías.

No venimos de lugares perfectos, pero estamos construyendo algo nuevo.

Romper la rueda no significa que todo será fácil. Significa que tendremos el coraje de mirar hacia atrás con compasión, y hacia adelante con esperanza.

Significa que, aunque muchas veces lo hacemos sin red de apoyo, sin manual, sin tiempo para nosotras, seguimos adelante. Porque amamos. Porque confiamos. Porque sabemos que el cambio empieza con una decisión: "Hasta aquí llega el dolor. Desde aquí empieza el amor".

El legado más importante

Nuestros hijos no recordarán si tuvimos la casa perfecta, si les compramos todos los juguetes o si sabíamos todas las respuestas. Recordarán si los miramos con ternura cuando se equivocaron . Si fuimos su refugio cuando el mundo les quedó grande . Si les dijimos: "Está bien sentir. Estoy contigo. No estás solo".

Ellos son el comienzo de una historia distinta. Y tú, tú eres la escritora de ese nuevo capítulo . Gracias por atreverte. Gracias por sanar. Gracias por criar bonito, aunque nadie te haya enseñado cómo.

Una invitación desde el alma

Hoy, te invito a algo simple pero poderoso: 📵 Aparta el teléfono por un momento. Respira hondo. Mira a tu hijo. Míralo de verdad.

Observa su forma de explorar, de hablar, de equivocarse, de pedirte sin palabras que estés ahí. Escúchalo sin prisas, sin juicios, sin querer “corregir”. Pregúntate: ¿Qué estará sintiendo? ¿Qué necesitas ahora mismo de mí?

Y recuerda: casi todo esto es nuevo para él . No sabe cómo hacerlo. No entiende del todo lo que siente. Te necesito para aprender. Para descubrir. Para nombrar el mundo con confianza y curiosidad.

🌱 Estar presente es el regalo más valioso que podemos darles. No porque seamos perfectas, sino porque elegimos quedarnos, mirar, sostener. Porque cuando tú estás , ellos florecen .

💌 Cuéntame…

🧡 ¿Te has sentido así también? 🧡 ¿Qué ha significado para ti criar distinto a como fuiste criada? Te leo con el corazón abierto.