top of page

De niña herida a madre sanadora: La transformación que nadie menciona sobre el unschooling

¿Te has preguntado alguna vez por qué criar con respeto se siente tan difícil? Te cuento por qué el unschooling no es solo sobre la educación de nuestros hijos, sino sobre nuestra propia re-educación como seres humanos.

Una madre abraza a su hijo con amor incondicional, simbolizando el poder sanador de la crianza consciente y cómo romper ciclos generacionales a través del unschooling.

Hola, familias bonitas 💛


"¿Por qué me gritas?"

Esas cuatro palabras salieron de la boca de mi hijo de 6 años y se clavaron en mi corazón como una flecha certera. Por un momento, me quedé paralizada. Mi niña interior herida nunca se atrevió a hacer esa pregunta. Pero ahí estaba Enzo, mirándome con esos ojitos claros, esperando una respuesta.


Y en ese instante supe que algo había cambiado para siempre.

Porque verás, cuando decides practicar el unschooling y la crianza respetuosa, no solo estás eligiendo una forma diferente de educar a tus hijos. Estás embarcándote en el viaje de transformación más profundo de tu vida: sanar tus propias heridas de la infancia para no transmitírselas a ellos.


La herencia que no quería dejar


Mi padre estuvo ausente los primeros siete años de mi vida. Cuando regresó, su forma de relacionarse conmigo era a través de la humillación, el abuso físico y frases como "no sirves para nada". Mi mamá, quien me amaba profundamente, tenía que ser el proveedor, por lo que su tiempo conmigo era escaso.


Crecí tímida, insegura, resentida, en constante búsqueda de validación externa.

Pero algo tenía claro desde antes del nacimiento de Enzo: NO QUIERO QUE SEA COMO YO. Quería darle la oportunidad de ser maravilloso, con sus virtudes y defectos. Y eso pasaba por aprender a escuchar, validar, explicar y acompañar... aunque en la práctica no sabía cómo se hacía.


Por eso vivo en modo "experimental", ajustando estrategias sobre la marcha.


El despertar: Cuando Carl Jung llegó a mi vida


Hace poco, mientras escuchaba un podcast sobre crianza consciente, me topé con las ideas de Carl Jung sobre las sombras que cargamos desde la infancia. Y algo hizo clic.


Jung hablaba de cómo nuestras heridas no sanadas se convierten en patrones inconscientes que repetimos con nuestros hijos. Pero también de la posibilidad de transformar esas sombras en luz.


Ahí entendí que el aprendizaje libre no puede existir sin padres que hayan hecho su propio trabajo interior. Porque es imposible acompañar el crecimiento natural de nuestros hijos cuando nosotros seguimos operando desde nuestras propias heridas.


Los 10 desaprendizajes que me están transformando


Empezar este camino del homeschooling - Unschooling y la educación sin escuela me ha obligado a enfrentar patrones que pensé que eran parte de mi personalidad. Te comparto los que más me han costado:


1. Sanar las heridas interiores arraigadas en la infancia

Reconocer que mi tendencia a gritar venía del miedo que aprendí en casa. Cada vez que Enzo me dice "no tienes derecho a gritarme", me regalo la oportunidad de hacer diferente.


2. Soltar las expectativas autoimpuestas

Hace unos días, Enzo agarró un tubo de PVC y lo puso en el grifo del lavandero. El agua se fue directo al piso. Mi primer impulso fue gritar "¿QUÉ HACES?", pero me contuve. Pasé de un tono elevado a: "Hijo, si usas el tubo para llenarlo de agua, ¿dónde va a caer?" Él respondió con risa nerviosa: "En el piso..."


Le pedí secar el piso y guardar el tubo. Listo. No hubo drama, ni traumas. Solo aprendizaje natural.


3. Reconocer que nuestros hijos son seres humanos completos

No están aquí para ser controlados, sino acompañados y guiados para que se conviertan en su mejor versión. Esto significa dejar de verlos como "proyectos en construcción" que necesitan ser "arreglados" o moldeados según nuestras expectativas. Enzo no es una página en blanco esperando que yo escriba su historia; él ya ES alguien, con su propia sabiduría, sus propios ritmos, sus propias maneras de entender el mundo. Mi papel es ser su facilitadora, no su directora.


4. Fomentar el pensamiento crítico en lugar de esperar obediencia

Cuando Enzo cuestiona mis decisiones, mi niña interior se asusta. Pero estoy aprendiendo que un niño que piensa por sí mismo es exactamente lo que el mundo necesita.


5. Entender que los límites son para acompañar, no para controlar

Los límites respetuosos se sienten diferente. Se basan en el amor y la protección, no en el poder y el miedo.


6. Aceptar que nuestros hijos no son una extensión nuestra

Enzo tiene su propia personalidad, sus propios intereses, su propio ritmo. Mi trabajo es nutrirlo, no moldearlo.


7. Cambiar para ser nuestro mejor ejemplo

Le estoy enseñando que me equivoco, que puedo y debo disculparme si le fallo. Que su forma de ser me encanta. Que mi propósito en la vida es ser mejor para mí, pero sobre todo para él.


8. Confiar en el proceso natural del aprendizaje

Aunque genere dudas e incertidumbre. La ciencia lo ha demostrado una y otra vez: el aprendizaje es un proceso natural e innato en los seres humanos. Los bebés aprenden a caminar sin clases de caminar, a hablar sin lecciones formales de lenguaje. Pero el sistema educativo nos desconectó de esta verdad, haciéndonos creer que necesitamos ser enseñados para poder aprender.


La realidad es que muchas veces nuestra intervención como adultos se convierte en un obstáculo más que en una ayuda. Y aceptar esto no es fácil, porque significa soltar el control y confiar en que nuestros hijos tienen dentro de sí todo lo que necesitan para crecer y aprender. Significa resistir la urgencia de "enseñar" y aprender a simplemente estar disponibles cuando nos necesiten.


9. Reconocer cuándo limitamos desde nuestras heridas

A veces freno la curiosidad de Enzo porque mi propia infancia me enseñó que explorar era "hacer travesuras".


10. Abraazar la transformación como un regalo

Cambiar para darles lo mejor de nosotros es una transformación poderosa en nuestras propias vidas.


El tesoro de Marco Aurelio: Criando en la virtud


Recientemente he estado leyendo sobre estoicismo y Marco Aurelio. Me encantaría encaminar a Enzo en el tesoro de la virtud como faro para su vida. Que aprenda que no necesita encajar, que ya es perfecto tal como es.


Que merece amor, afecto y respeto solo por existir, pero que es noble querer ser digno de tales afectos. Que su desarrollo personal es prioridad, pero que también tiene la responsabilidad de ayudar a otros a alcanzar su máximo potencial.


La realidad imperfecta (y está bien)


No todo es color de rosa. Hace una semana llevamos a Enzo al laboratorio para un examen de sangre. A pesar de que lo preparamos, en el último momento entró en pánico. Tuvimos que sostenerlo entre mi esposo y yo, él me pateó y se le salió una palabrota.


Mi esposo, que va a mi mismo ritmo pero más lento en este proceso de crianza consciente, se enojó y sentenció: "Una semana sin pantallas."


Yo acepté. En ese momento no se me ocurría la consecuencia natural ideal y no quise que su autoridad se viera socavada. Pero sé que esa no era la respuesta perfecta.


Y está bien. Estamos aprendiendo juntos.


El círculo virtuoso que se está creando


Lo más hermoso de este proceso es que se está creando un círculo virtuoso: mi transformación beneficia a Enzo, y su crecimiento me impulsa a mí a seguir sanando.


Con 6 años, ya es una persona increíble. No puedo visualizar todo lo fantástico que podrá hacer si lo apoyamos y fomentamos que se desarrolle desde lo que ya es.


El legado que SÍ quiero dejar


A veces todavía le levanto la voz. Pero mi hijito ha aprendido que nadie tiene derecho a hablarle así, ni siquiera yo. Y aunque al principio lo tomé como actitud desafiante (de esas que mi padre JAMÁS hubiera tolerado), ahora entiendo que ya rompí el ciclo.

Mi niña interior herida no sabía que podía pedir respeto. Pero Enzo sí lo sabe.


Y eso significa que lo logré. Que estoy criando al hombre íntegro, valiente y amoroso que este mundo necesita.


Para ti que me lees


Si alguna vez te sentiste perdida con la maternidad consciente, frustrada o con miedo a no saber acompañar... quiero que sepas que no estás sola. Estamos muchas aprendiendo bonito.


El unschooling nos exige transformarnos primero para poder acompañar la transformación de nuestros hijos. Es el trabajo más difícil y más gratificante que existe.


A veces, un minuto de respiración profunda, o un abrazo sincero con tu hijo, vale más que mil libros de texto.


💬 Ahora quiero leerte a ti:


  • ¿Qué patrón de tu infancia has tenido que sanar para criar diferente?

  • ¿Cuál ha sido tu momento de mayor transformación en este camino?


🧡 Déjame tu historia en los comentarios.

💌 Y si este post te tocó el corazón, compártelo con otra mamá que necesita saber que es posible criar bonito, sanar juntos y romper ciclos generacionales.



¿Quieres más reflexiones sobre educación libre y crianza consciente? Suscríbete al blog y únete a nuestra comunidad de familias que están transformando la educación desde el amor.

Comentarios


  • TikTok
  • X
  • Facebook
  • Instagram

Aprendiendo Bonito

© 2023 por Aprendiendo Bonito.
Desarrollado y protegido por Wix

Contacto

Haznos cualquier pregunta

bottom of page