Un huevo, un batidor y un niño de seis años listo para hacer panqueques. Este gesto cotidiano fue el recordatorio de que el aprendizaje no siempre está en los libros, sino en los espacios compartidos, en la confianza, y en los momentos donde decidimos no hacer por ellos lo que pueden hacer por sí mismos. En esta historia real, te cuento cómo estamos sembrando autonomía en casa, a través del respeto, la responsabilidad y el amor. Porque no se trata solo de que nos ayuden... se